Yamile Riveros dormía apaciblemente en la oscuridad de su habitación, en sus sueños veía a Rodrigo que la esperaba sentado en los bancos de una hermosa plaza, ella se había arreglado para él, en sus sueños era el día en que juntos iban a concretar el acto de amor, ella llegaba con un poco de retraso, y Rodrigo al verla se ponía de pie y extendía sus brazos para que ella corriera hacia él, una vez que ya estuvieron abrazados, Yamile Riveros sentía el cuerpo de su amado distinto, a la vez que una hediondez extraña emanaba de sus ropas, con espanto se percataba que Rodrigo ya no estaba en sus sueños y el que la mantenía abrazada era don Pedro quien la miraba con su burlona sonrisa, ella quería escapar e ir en busca de su amado, pero el vejete casi sin ningún esfuerzo la iba arrastrando hacia la misma oficina con cama en donde la había convertido en su mujer.
La jovencita se estremecía en la cama de un lado a otro, las tapas se habían caído y solo estaba con su camisa de dormir, lentamente sus muslos se comenzaron a frotar uno contra el otro, la pesadilla continuaba.
Don Pedro la metió a la fuerza en la oscura habitación, ella ya estaba casi entregada sabía que el vejete se la iba a follar, una ardiente comezón en su zorrita le invitaban a buscar la cama tenderse en ella y abrirse de piernas, para que el mecánico le hiciera eso que ella ya sabía que disfrutaría mucho.
En la oscuridad ella buscaba la cama mientras se iba sacando sus ropas, quería que don Pedro se lo hiciera de la misma forma abrutada que ella bien conocía, una vez que ya pudo estar acostada y tendida de espaldas abrió sus muslos en espera de su macho, lo veía en las penumbras como este se quitaba su overol de trabajo, y cuando lo vio acercarse para venir a montársela y ella se abría aún mas de piernas, con espanto vio que el que venía desnudo y con la tranca bien parada no era don Pedro, sino que el mismísimo maestro Tulio y que le decía…
--Me echabas de menos mi amorcito?, ahora sí que no te salvaras lindura, le decía agitándose la verga a la vez que se acercaba a su cuerpo desnudo, ella quería cerrar sus piernas pero no lo podía lograr, ahogadamente llamaba a don Pedro pero este había desaparecido, cuando sintió el seboso cuerpo del maestro Tulio subirse sobre el suyo llevo su mirada hacia un lado de la cama en donde vio otra cama igual a la en que ella estaba acostada, de pronto vio que era la misma Claudia la que estaba desnuda y masturbándose tal como la había visto el día domingo en la mañana, ella intentaba llamarla para que la salvara, pero Claudia no cesaba de masturbarse y la miraba sonriente, hasta que vio que otro sujeto se estaba acomodando en los tibios muslos de su amiga, de pronto lo reconoció, era don Pedro que aprovechando los muslos abiertos de la Clau, se lo mando a guardar de una, Yamile Riveros pataleaba en todas direcciones, don Pedro y Claudia follaban rítmicamente solo a un metro de donde estaba ella, ambos la miraban sonriendo mientras jugaban con sus puntiagudas lenguas y sin dejar de mirarla.
En su sueño ella estaba enojada pero no podía dejar de mirar de lo que ellos hacían, su amiga se veía más hermosa que nunca, y le asentía muy bien estar follando con semejante semental que ella también ya había probado, en eso sintió la verga de don Tulio que ya se aprontaba a entrar en su vagina, y justo en el momento en que el vejete tomaba fuerzas para empujar este misteriosamente desapareció, Yamile Riveros no sabía que era lo que pasaba, miro a la cama contigua y también había desaparecido don Pedro, Claudia la miraba sonriente aún se mantenía con sus bellos muslos abiertos, como si la estuviera esperando, Yamile Riveros no quería acercarse pero su cuerpo reaccionaba solo, ya se había levantado y se acercaba al portentoso cuerpo de su amiga, nooo! se iba diciendo, pero Claudia la esperaba a ella ofreciéndole su hermosa zorrita jaspeada con dorados pelitos, Yamile Riveros se la encontraba atrayentemente hermosa, se arrodillo al medio de los perfectos muslos abiertos de Claudia y con decisión fue agachando su cabeza en dirección a la jugosa vagina que le estaban ofreciendo, saco su lengua para hacer el primer contacto con la piel de su amiga y…
--Nooooooooo!!!, fue el espantoso grito que vocifero Yamile Riveros cuando se despertó.
Yamile Riveros estaba toda sudada, había sido una pesadilla, sentada en su cama y con su respiración agitada intento tranquilizarse, como pudo volvió a recostarse para descansar, ya que se había despertado muy alterada, fue en eso que se percató de la seguidilla de pulsaciones que tenía en su panocha, llevo su mano a aquella parte de su cuerpo y se percató que estaba completamente mojada, su corazón se aceleró con solo un leve contacto de su manita con su cosita, tenía mucha calor por lo que se sacó el camisón para quedarse solo con sus rosaditas pantaletas con encajes, ella seguiría durmiendo se decía, pero la vivas imágenes de don Pedro follandose a Claudia no le daban tregua, por otro lado estaba don Tulio que también andaba desesperado por metérsela, y por ultimo… eso último!, eso último en lo que ella no quería imaginárselo, pero lamentablemente la imagen del cuerpo desnudo de su amiga la tenía viva en su mente.
Con los ojos cerrados comenzó a sobarse su estómago, lentamente fue bajando sus manitas hacia esa parte que ella sabía que si se la tocaba le iban a hacer sentir muy rico, pero no se quería permitir darse placer con la imagen de su amiga siendo violada por el burlón de don Pedro, tras unas acaloradas contradicciones sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal decidió que se tocaría solo un ratito pero con sus calzoncitos puestos, de seguro que después de un rato su cuerpo y su mente la dejarían en paz.
Yamile Riveros se masturbaba en la oscuridad de su alcoba, sus pensamientos estaban puestos en el voluminoso cuerpo dorado de Claudia, imaginaba a don Pedro aserruchándola con brutalidad, luego cambiaba la imagen por la de don Tulio abofeteándola y enculandola, luego de eso se venía la imagen de Claudia con sus bellas piernas abiertas y masturbándose, así iba alternando sus morbosos pensamientos para darse placer, ya que así su cuerpo se lo exigía en esa acalorada noche.
Lentamente fue metiendo su manita por debajo de sus pantaletas, y al tocar con sus dedos su pequeño botoncito la sensación que sintió en todo su cuerpo fue indescriptible, sin pensarlo dos veces levanto sus caderas y llevo sus manos a sus pantaletas para deslizarlas hacia abajo y sacárselas, Yamile Riveros quedo completamente desnuda, la maratónica noche de sexo que se había pegado solo hace menos de un día no eran suficiente para su desarrollado cuerpazo, sentía unas tremendas ganas de masturbarse de la misma forma en que había visto a su amiga haciéndolo, y lo iba a hacer.
Nuevamente bajo una sus delicadas manitas hacia su casi lampiño pubis, casi se lo acariciaba, mientras que con su otra mano rozaba las suavidades de sus muslos, esta exquisita combinación le proporcionaban un deleitoso cosquilleo en todo su venerable cuerpo.
Todas sus curvas disfrutaban de las caricias que se estaba auto proporcionando la tierna colegiala, con suavidad y ligereza comenzó a rozar su clítoris desprovisto de pelitos, sus dedos hacían más y más círculos.
Yamile Riveros con sus bellas piernas abiertas de par en par presionaba su manita con más fuerza a la vez que su excitación iba siendo cada vez mayor, luego con su dedo medio se abrió paso entre sus carnes íntimas y lo introdujo en su vagina la cual sintió húmeda y caliente, estaba sintiendo muy rico.
Pensaba en don Pedro, poco a poco su cuerpo ya comenzaba a sudar, y su excitación era mayor.
Deseaba que alguien se la metiera, su cuerpo tenía hambre y sed de verga, se imaginaba la del mecánico, la de don Tulio, la del cojo Juan, en esos momentos hubiese hasta pagado por haber tenido cualquiera de las tres vergas a su alcance, luego se imaginaba a ella misma desnuda y arrodillada rodeada de las tres vergas, las cuales ella chupaba alternándolas y con desesperación, sus dedos ya hacia desquiciantes círculos en su jugosa vagina.
Yamile Riveros sentía que ya se avecinaba un orgasmo, por lo tanto tenía que elegir luego a uno de los dueños de las tres vergas que tanto la enloquecían en estos momentos, para pegarse una paja en su honor, por lo amachado y bruto que era para sus cosas eligió a don Pedro, aunque los otros dos tampoco se quedaban atrás, pensaba mientras seguía masturbándose.
Se imaginó a don Pedro montándola con las mismas fuerzas en que lo había hecho en aquel taller mecánico, sentía tan rico en su zorrita que no quería parar nunca de sobajearse la panocha, era una sensación insoportable, a la vez maravillosa, enloquecedoramente caliente y nueva para ella.
Sus dedos se resbalan de arriba abajo por las carnes de su jugosa y encharcada zorrita, la sentía mojada y algo pegajosa, se volvió a introducir un dedo muy suavemente y bien profundo dentro de su vagina, lo saco chorreante de sus propios jugos íntimos, y temblorosamente se lo llevó a la boca, quería probar, una vez que se lo chupo, declaro que sabía muy rico, ahora entendía porque se la lamian antes de metérsela, y la de Clau? ... la de ella tendría el mismo sabor? Se preguntaba mientras sus dedos aceleraban la exquisita labor masturbadora.
Ahora con un gran charco de jugos vaginales en su cama, y ya teniendo una leve idea del verdadero sabor de una vagina, Yamile Riveros fuera de sí cambio la imagen de don Pedro por la de Claudia, tal y como lo había soñado… se la imaginaba tirada desnuda y en una cama con sus piernas abiertas esperando que alguien se la chupara y ese alguien iba a ser precisamente ella misma, Yamile Riveros se la iba a chupar, en su mente grafico la vagina de Claudia tal como la había visto aquella mañana y poco a poco fue sacando su fresca lengua imaginándose que la ponía en la rubia vagina de su amiga, su calentura era cada vez más y más fuerte,
Ahora en su mente tenía la viva imagen de Claudia montada en forma inversa encima de ella haciendo ambas un glorioso 69, imaginaba delante de sus ojos la rubia vagina que en estos momentos tanto deseaba lamer, imaginaba sus manos paseándose por las curvas de su amiga…
Esto fue mucho para la alterada e intespestuosa mente de la curvilínea colegiala que aún se masturbaba como energúmena, en consecuencia fue el cuerpo de Claudia el que se adjudicó la erótica y exquisita paja que se mandó Yamile Riveros en su honor, las imágenes del rico 69 entre ambas, la calentaron de sobre manera hasta que su zorrita exploto en una verdadera cascada de jugos que Yamile Riverosdenciaban el sabroso orgasmo de la tierna chamaca,
--Ohhhhhh! Dios míooooo!!, Clauuuuu!!… Clauuuuuuuu!!! como me gustaría chupártelaaaa!!!, exclamaba la nena dedicándole su paja a su amiga, mientras su manita subía y bajaba rápidamente por su zorrita totalmente encharcada de jugos vaginales, sus caderas ondulaban frenéticamente imaginando que también Claudia se la estaba chupando a ella, --Ohhhhhh ayyyy! Ayyyyyyy que me corroooo!… me corrooooooo Claudiaaaaa rica! ricaa!! ricaaa!!! ricaaaa!!!! Ricaaaaaaaa!!!!!, Yamile Riveros casi se meo de placer, subía y bajaba sus caderas en todas direcciones sin despegar su manita de su mojada panocha, una oleada de eléctrico placer la invadían y le hacían abrir y cerrar sus piernas con desesperación, terminando con extraños movimientos de como si verdaderamente se estuviera acalambrando, lentamente su cuerpo desnudo dejo de moverse, solo su agitada respiración daban claras muestras del inmenso placer que había experimentado, estaba cansada, tal como quedo toda despaturrada en su camita se quedó dormida.
Aquel día lunes la colegiala salió a tomar el bus para su colegio, iba tan ensimismada en sus pensamientos que no ponía atención en las calientes miradas que le daban los malvivientes del sector, y menos de todas las vulgaridades que le gritaban desde cualquier esquina, pero ella pensaba en lo extraño que había sido su sueño de la noche anterior, se sentía muy apenada por lo que había hecho, sabía que estaba mal haberse tocado su casita pensando en eso con Claudia, pero había sentido tan rico, no sabía por qué su cuerpo le hacia ese tipo trampas, prefirió no pensar más en el asunto… total, eso no pasaría nunca más.
Una vez que llego a su colegio se fue rápidamente para su salón, en el trayecto se encontró con Claudia, la pobre Yamile Riveros solo al mirarla se sonrojo de vergüenza por la estupidez que había hecho en la noche,
--Hola amiga…como no me llamaste ayer?, estaba muy preocupada a qué hora te fuiste para tu casa?
--Ay Claudia, sé que me fui temprano pero no sé a qué hora, pero ya era de mañana…
--Y donde dormiste?...la habitación de mis padres estaba hecha un desastre… por suerte alcance a asearla…
--Claudia yo dormí en el sofá, creo que fue el profesor el que se fue a dormir en la habitación de tus papas…
--Mmmm…tiene que haber dormido como rey el viejo ese… cuando me levante ya se había marchado… oye Eve te quiero hacer una pregunta, el viejo ese… intento algo contigo esa noche?
Yamile Riveros pensó que se moría, --Porque Claudia le preguntaba semejante cosa?, habría escuchado algo cuando el profesor Tulio se la había estado follando en la habitación de sus padres?
--Claro que no Claudia, porque me preguntas esas cosas?
La chamaca no servía para mentir, pero aun así su amiga le creyó,
--Jajaja…si te creo tonta, solo preguntaba, acuérdate que a mí se me pasaron las copas y ni supe cómo me quede dormida, jijiji, justo en el momento en que Yamile Riveros le iba a contestar algo vio que solo a un par de metros de ellas estaba el profesor Tulio con el cojo Juan, ambos conversaban y cuchicheaban mirándolas y riéndose burlonamente de ellas, o por lo menos Yamile Riveros lo captaba así, --Mira ahí está el profe, acompañame y mientras yo hablo con el de una cosita sobre mis notas tú le hablas a don Juan, acuérdate que él también te anduvo buscando.
--Clau…de verdad que me hubiera gustado hablar con don Juan pero debo ir a dejar un libro a la biblioteca, así que nos vemos en clases…
--Está bien amiga…nos vemos en un rato, en esto Yamile Riveros se fue rápidamente para el salón y Claudia se fue a hablar con don Tulio.
Obviamente el degenerado docente le dijo a Claudia que no había pasado nada con Yamile Riveros ya que si le decía la verdad, hasta ahí no más le llegaba el trato con la hermosa y rubia estudiante.
Mientras las bellas colegialas estaban en eso, el Profesor Tulio con el cojo Juan estaban enfrascados en una interesante conversación,
--Tenías razón cojo de mierda, la Yamile Riveros se gasta un culo para los Dioses, es una pendeja exquisita, lamentablemente no alcance a reventarle la zorra, le decía don Tulio al cojo…
--Tranquilo profe ya vera que llegara su oportunidad, yo pienso seguir tirándomela, solo debo planear algo para arrastrarla a mi cuartucho y culiarla todas las veces que yo quiera, jajaja!! Mire ahí llegaron ese par de putitas, Ufffff que buenota está la Claudia profe, pero a esa no es como llegar, la Yamile Riveros es más confiada, pero la rubia se nota que está más vivita, jejeje, le decía mientras las miraba y las desnudaba con la mirada…
--Hagamos un trato cojo de la grandísima puta…
--Pus dígame no más profesor…
--Escuchame… planea algo bueno para poder encerrame en tu cuartucho con la Yamile Riveros, ojala sea por un día entero, si la logras llevar me dejas la otra parte a mí, solo deberás vigilar que nadie se acerque a interrumpirnos, y te juro pendejo que te pongo a la Claudia en bandeja y por un fin de semana entero…que te parece?
--Sale profesor! Pero eso va a costar un poco, la pendeja anda a la defensiva, yo solo planeaba violármela en cualquier parte del colegio, pero Ud. quiere por todo el día…
--De eso se trata tarado de la gran puta, disfrutar a concho de la carne joven que nos provee el colegio, además que no tienes para que apurarte, tenemos tiempo de sobra, ahora largate mira que ahí viene la rubia y yo tengo que hablar con ella…
A media mañana Yamile Riveros no se podía concentrar en las clases de matemáticas, Claudia se sentaba tres asientos más adelante que ella, la rubia solo se dedicaba a enviarle mensajes a su novio y no hacía nada de los trabajos en clases, pero esto no era lo que le preocupaba a la femenina mocosita de ojos verdes, sino que no podía dejar de estudiar las marcadas curvas de su amiga, le miraba sus hermosos muslos, recordaba cuando la había visto tirada en la cama con ellos totalmente abiertos, luego se la imaginaba así mismo como estaba sentada jugando con su celu pero sin nada de ropa. Sus piernas nuevamente le temblaban, como podía estar sucediéndole eso? Finalmente se concentró en los ejercicios matemáticos y por fin se pudo calmar.
En la tarde llego apresuradamente a su casa, en una hora más se iba a juntar con Rodrigo su novio, tenía tantas ganas de estar en sus brazos, de hablar con él y así tantas cosas más. Se ducho rápidamente y se cambió la ropa escolar. Cuando ya estuvo lista salió de su casa en dirección al parque en donde quedaron de encontrarse, a lo lejos lo vio que él ya había llegado, la esperaba sentado en una de los típicos asientos que abundan en los parques.
Yamile Riveros iba vestida con una ajustada blusa color celeste y con mini falda blanca, las sandalias con tacón la hacían ver aún más alta de lo que era, se veía una mujer imponente, solo su carita angelical e inocente desentonaba con el pedazo de hembra que era para los ojos de cualquiera.
--Como estas princesa!, le saludo Rodrigo con un romántico piquito en los labios…
--Bien! y como estas tu…
Los jóvenes conversaron por largos minutos sentados en el parque, Yamile Riveros mantenía su cabeza apoyada en el hombro de su novio, se sentía feliz de estar con Rodrigo, el joven la desconectaba de todo lo malo que le estaba ocurriendo con esa tropa de viejos cochinos y calientes que la vivían molestando, en su lista estaban: don Lucas, el gordo Anselmo, el cojo Juan, don Tulio, don Pedro, el Gori, y así tantos otros. Hasta que Rodrigo la saco de sus pensamientos.
--Amor mi madre me pidió que te llevara a la casa esta tarde, le he hablado mucho de ti y te quiere conocer…
--Pero Rodrigo, y que pasara si no soy de su gusto, seguro que ella quiere otro tipo de chica para ti…me da vergüenza ir a tu casa…
--Tu eres perfecta Yamile Riveros, yo sé que le caerás muy bien…
Luego de unos minutos en que tardo Rodrigo en convencer a Yamile Riveros de que fueran a su casa, la nena por fin se decidió,
--Bueno pero si vamos a ir que sea luego, tú sabes que a mí no me gusta andar tarde en la calle. Una vez de acuerdo la feliz pareja de novios se puso en camino hacia la casa del muchacho.
La señora María madre de Rodrigo estaba encantada con la novia de su hijo, era una nena de muy buenos modales, y muy bonita por cierto, todo en ella reflejaba transparencia, no era como esas jóvenes actuales que andan perdiéndose en la calle, o acostándose con mal vividores por algo de dinero, Yamile Riveros era distinta por lo tanto los novios contaban con su aprobación.
--Ves? Te dije que le ibas a caer bien, le decía Rodrigo a Yamile Riveros, mientras su madre les preparaba algo de comer antes de que su hijo la fuera dejara su casa…
En eso estaban cuando se abrió la puerta de la calle, venia llegando el padrastro de Rodrigo, se trataba de Don Severiano un hombre de unos 57 años robusto, de mediana estatura, con una prominente panza cervecera, unos tupidos bigotes, y un cabello entrecano que solo le cubría los laterales de su cráneo siempre presumiendo de sus raíces italianas, era un viejo pocas pulgas tirando para ogro, casi parecía un toro.
Rodrigo se levantó rápidamente y fue a hablar con su madre,
--Mamá—Usted me dijo que hoy llegaría tarde…
--Así se suponía hijo, no sé por qué llego tan temprano, madre e hijo hablaban casi en susurros, para que el viejo no los fuera a escuchar, en eso Rodrigo ya estaba de regreso con Yamile Riveros.
--Pero que tenemos aquí?, dijo don Severiano cuando vio que su hijastro se disponía a marcharse con su novia…
--Permiso señor, contesto Rodrigo intentando dirigirse a la puerta con Yamile Riveros tomada de la mano, el viejo se interpuso…
--Y quien es esta encantadora chamaquita que llevas tomada de la mano…no me vas a decir que anda perdida y tú te la encontrate?, jajaja!!
--Es mi novia…
--Jajaja…escuchaste María?, le grito a su mujer que en esos momentos ponía los cubiertos en la mesa silenciosamente, --El niño de la casa ya creció… ahora tiene novia!! Jajajaja!!!
--Ya nos retiramos, por favor déjeme pasar le decía el joven, este le tenía odio y miedo al hombre que lo había criado, el muchacho lo aguantaba desde los 7 años ya que era con mucho dolor testigo de los maltratos que ese viejo le daba a su cándida madre y hasta a el mismo muchas veces lo había golpeado por cualquier motivo, el maltrato hacia él siempre fue físico como sicológico, diciéndole toda la vida que era un inútil, desquitándose con ellos el mal día que muchas veces tenia.
El viejo se quedó boquiabierto y cuando por fin pudo ver ala tremenda hembra que su hijastro había llevado a la casa, aquella de las que muchas veces el muchacho había comentado pero que él no le creía, (pero que pedazo de hembra, este mocoso inútil no se merece este manjar tan sabroso), se decía el viejo zorro contemplando de pies a cabeza y comiéndosela con su odiosa mirada a la hermosa colegiala a la vez que sentía como se le paraba la verga.
Yamile Riveros quien notaba algo raro en la situación, quiso ser cortes con el hombre, ya que se daba cuenta que al parecer debía haber algún tipo de problemas entre padre e hijo,
--Buenas tardes señor…mi nombre es Yamile Riveros, le dijo la chamaca estirándole su blanca manita,
--Aprende pedazo de idiota… esos sí que son buenos modales, le dijo don Severiano a su hijastro a la vez que tomaba la suave mano de Yamile Riveros y disimuladamente se la llevo para rosarla contra su paquete en el mismo momento en que le estampaba un beso en la cara, y casi muy cerca de sus labios, la colegiala debido a la tensión del momento no se percató de nada, solo sintió los puntiagudos bigotes que le pincharon la cara.
El viejo Severiano mientras seguía obstaculizando la puerta de salida se dio a estudiar a la suculenta hembra que su hijastro tenía por novia, le calculaba por lo menos 1.70 mts de altura, ojos verdes, de tetas grandes y paraditas, unas torneadas piernotas y muslos de ensueño, y para colmo un antojable culazo bien parado y redondito, esa mocosa era un verdadero monumento de mujer se decía para sus adentros.
Estaría demás describir como este viejo caliente y sin vergüenza obligo a Rodrigo y a Yamile Riveros a quedarse a cenar, situación que el vejete aprovecho para estudiarla a su regalado antojo, al igual que su mujer la veía de buenos modales y bien educada, pensaba que era mucha carne y mucha mujer para el maricon que tenía por hijastro, aquella hembra se merecía follar con un verdadero macho caliente, y el sentenciaba que el mejor candidato para ello era el mismo, pero tendría que ser cuidadoso para lograr su objetivo, pero que se la culiaba si o si, pensaba mientras no dejaba de comérsela con la mirada.
Una vez que terminaron la cena y mientras la pareja se despedía, el semental italiano (según él) se prometió que de alguna forma se las arreglaría para poder cogerse a la bella chamaca.
Los días pasaron y la normalidad llegaba a la vida de nuestra dulce colegiala, lo único extraño que había notado era que desde que conoció al padrastro de Rodrigo se lo había encontrado en la calle por lo menos unas cuatro veces, ya sea en las cercanías de su colegio, o en el trayecto a su casa, ocasiones en que el viejo se hacia el que no la veía.
Estaba claro, don Severiano se había obsesionado con la hermosa y potable figura de Yamile Riveros, se las había ingeniado para hacerse de la dirección de la nena siguiendo a Rodrigo los días en que quedaban de salir a dar una vuelta, había sido su mismo hijastro quien inconscientemente la había llevado hasta la casa de su novia, luego de eso ya no necesito más seguirlo, cuando su caliente temperamento sentía la imperiosa necesidad de volver a mirarla se pasaba hasta horas esperando que la chamaca saliera de su casa para el seguirla, hasta se había comprado una pequeña cámara digital para tomarle fotos desde lejos y pajearse mirándolas de todos los ángulos posibles.
La semana había pasado sin novedad, y Yamile Riveros ya casi ni se acordaba de don Pedro y de los otros rufianes, aquel día viernes la chamaca iba de vuelta para su casa, había salido del colegio un poco más tarde de lo normal por haberse quedado terminando un trabajo, ya casi todo el alumnado se había retirado, era una tarde de mucho calor, pero ella estaba muy contenta ya que les habían entregado los certificados de notas del primer semestre y nuevamente ella había destacado entre los primeros lugares, su madre iba a estar muy feliz por sus logros escolares.
Sentada en la parada de autobuses y ensimismada admirando una y otra vez su certificado de notas, no puso atención en la gruesa figura que tomaba ubicación justo al lodo suyo, hasta que una familiar y aguardentosa voz la devolvía a la peor de sus pesadillas,
--Hola mamasotaaa!!… pero mira qué bonita te vez vestida de colegiala, jejeje… Yamile Riveros lo miro con espanto, todo su curvilíneo cuerpo comenzó a temblar cuando comprobó que justo sentado al lado de ella estaba el mismo don Pedro en persona sonriéndole con su burlona mirada, la chamaca rápidamente se puso de pie para alejarse hacia cualquier parte pero el vejete fue mucho más rápido que ella y la tomo fuertemente de un brazo,
--Nooo! Suélteme… exclamaba la asustada jovencita al sentirse fuertemente inmovilizada por don Pedro…
--Jajaja… no te pienso soltar ricura, es más te vine a buscar para que nos vayamos a follar a tu casita, ya me he enterado de algunas cositas tuyas y sé que tu mami no llega hasta mañana, jejeje, así que no hagas ninguna mamada de la que te vayas a arrepentir…
Don Pedro estaba muy divertido con la débil resistencia que estaba oponiendo la rica de Yamile Riveros. Ella por su parte estaba aún más espantada, no podía llevar a don Pedro hasta su casa, para hoy había quedado con Rodrigo de ver una película, el joven ya debía estar esperándola a la entrada de su vivienda, que explicación le daría cuando la viera llegar con un viejo ordinario y que para rematarla le tendría que pedir que se fuera para ella encerrase en su propia casa con el horripilante mecánico, en definitiva esto no lo podía permitir…
--Suélteme… déjeme ir… la joven seguía con sus forcejeos a la vez que miraba en todas las direcciones posibles para ver si alguien la podía ayudar, extrañamente a esa hora de la calurosa tarde la calles estaban vacías…
--Te he dicho que no pendeja!!! Hoy es mi día libre y he esperado toda la semana por este momento así que vamos caminando para tu casa, que hoy sí que vamos a follar como marido y mujer, jajajaja!!!.
--Don Pedro me hace daño!, se quejaba la asustada colegiala, pero el hombre seguía igual de decidido en sus calientes propósitos.
Yamile Riveros a pesar de estar cansada y asustada de la situación, golpeó con su mochila la cabeza del vejete intentado hacer que la soltara, el mecánico ahora ya más enojado ante la situación que se le estaba presentando, golpeó con todas sus fuerzas a la nena.
El brutal bofetón que recibió Yamile Riveros hicieron que dejara de forcejear al instante, la colegiala no se lo esperaba, el tortazo había sido bestial. Le zumbaba el oído y ahora sí que estaba más asustada que nunca, con las piernas temblando, se sentó nuevamente en los asientos de la parada.
--Está bien, le dijo con voz quedita y temblorosa, --Pero deje recuperarme, la chamaca había quedado mareada con semejante cachuchazo.
La calentura bullía en el interior del perverso hombre, la adrenalina le salía hasta por los poros al ver y sentirse superior ente aquella indefensa jovencita de 18 años, y el tenerla ahí sumisa y casi entregada, se sintió poderoso.
--Te dije que no me hicieras alguna mamada pendeja, esto no tendría por qué haber pasado, así que recuperate luego porque quiero verte sin ropa lo más pronto posible, acuérdate que tú eres mi mujer, le dijo a la vez que le volvía a mostrar el parte policial por prostitución.
--Por favor don Pedro, déjeme ir, si quiere hagámoslo otro día pero hoy de verdad que no puedo, sniffff, déjame marchar, le suplicaba temiendo ser descubierta por su novio, quien la vería llegar acompañada de un hombre mucho más viejo que ella, esto no se lo podía permitir, era lo que pensaba.
Yamile Riveros sabía que don Pedro era un viejo abusador y pervertido, se asustó aún más pensando en lo que le podría hacer un hombre depravado que era capaz hasta de golpearla en la misma calle, y mientras más pensaba en esto, más asustada se sentía, tenía que haber una forma de poder librase de aquella más que comprometedora situación, pero no se le ocurría nada.
Don Pedro ya confiado en que había dominado la situación, bajo la guardia y la soltó del brazo, situación que Yamile Riveros aprovecho para salir corriendo en forma desesperada, su corazón le latía a mil por hora, pero los inmensos nervios que sentía en esos momentos le jugaron una mala pasada y tropezó se fue de bruces contra el suelo, la chamaca no se hizo daño pero el solo pensar en lo que le iba a ocurrir por haber hecho semejante tontería la hicieron quedar aterrada, los segundos se le hicieron eternos hasta que sintió que nuevamente era tomada del mismo brazo, su existencia nuevamente se le venía cuesta abajo.
--Hija de la grandísima putaaaa!!, ya vas a ver de lo que soy capaz perra de mierdaaaa!!!, bufaba el vejete mientras la arrastraba, hacia un callejón marginal que estaba a mitad de la cuadra en donde ellos estaban.
--Noooo…don Pedroooo… por favor no me lleveeeee…sollozaba Yamile Riveros mientras era llevada a tirones.
El ordinario mecánico la llevó hasta el sucio callejón, el lugar era conocido por ser lugar habitual de drogadictos, y de una gran cantidad de vagabundos que merodeaban por el sector, cuando llegaron al lugar Yamile Riveros vio una pila de mugrientos colchones arrumbados en un rincón, sintió un olor raro, un olor que se sentía en el aire, era como mezcla de meados, basura y sudor, esto le causo mucho asco, parecía un refugio de delincuentes.
El viejo agresor de don Pedro ya tenía claro de lo que le iba a hacer a la encamable y estúpida colegiala, para que en una próxima oportunidad en que él la fuera a buscar a donde sea, nunca más le quedaran ganas de hacer ese tipo de pendejadas, una vez que se aseguró que el callejón estaba vacío, la tiro de espaldas en uno de los sebientos colchones en los que con seguridad eran ocupados por las noches para culiar a las prostitutas de la calle, pero ahora se la iban a culiar a ella dilucidaba la asustada chamaca.
Don Pedro al verla allí tirada, temblorosa y asustada se fijó en lo buenota que estaba la pendeja, la verga se le puso dura como fierro, era increíble la forma en que se calentaba con solo mirarla la carita a esa chamaca endemoniada, por lo que se se agachó y le agarro el rostro para girarle la cara y verla frente a frente, Yamile Riveros intentó apartarse, pero el vejete la retenía con fuerza, y cuando estuvo a escasos milímetros de su carita angelical, el burlón mecánico sacó su lengua con la cual se dio a lamerla por todos los centímetros de su rostro, la nena se moría de asco, la repulsión que sentía en esos momentos por el asqueroso vejete la hacían estar al borde de ponerse a vomitar.
El odioso mecánico sin pensarla dos veces se dispuso a magrearle las tetas mientras intentaba por todos los medios posibles hacer que la hembrita abriera la boca para el poder introducir su asquerosa lengua.
Yamile Riveros se resistía e intentaba esquivar los repulsivos lengüetazos en su boca, pero era casi imposible. El feroz mecánico ya estaba babeando de calentura. Mientras seguía intentando introducir su lengua en la boca de la tierna adolecente, se las arregló para desabotonar la blanca blusa escolar, hasta que con mucho esfuerzo logro retirarla del desesperado cuerpo de la joven, su brasier corrió la misma suerte, los minutos corrían rápidamente, Yamile Riveros no supo en que momento ya la tenía con las tetas al aire.
El viejo seguía con la idea de que ella le abriera su fresca boca, pero no lo conseguía, pero se conformaba ya que con sus descascaradas manos podía recorrer la suave y delicada piel de su estómago, en seguida se las subió hasta sus chichotas, que estaban igual de firmes y grandes de cuando se las probo en el taller y en la feria, se las manoseaba como desesperado, las sobaba y las sobajeaba, fueron largos minutos en los cuales la dulce chiquilla, ya un poco cansada de tanto magreo en sus tetas, por fin le abrió su boquita de ensueño, el hombre aprovechó para introducir su lengua y lamer cada uno de los rincones de aquel mágico paladar, hasta lograr juntarla y enredarla con la de la ya casi entregada colegiala.
Yamile Riveros ya casi se estaba ahogando, el vejete le había metido la lengua hasta la misma campanilla de la garganta y se había encargado de llenarle la boca de babas, pero ella necesitaba respirar por lo que no le quedaba más opción que tragarse toda la cantidad de asquerosa saliva que don Pedro le había depositado en su boca. El vejete se separó del ardiente beso,
--Te llego la hora pendeja, ahora sabrás lo que es ser una puta callejera, yo quería que la cosa resultara por las buenas, pero tú te empeñas en hacer estupideces, le decía con su sonrisa burlona y malévola, a la misma ves que se iba bajando los pantalones, Yamile Riveros comenzó a temblar de miedo, --Ahora sacate la falda y los calzones, y ábrete de patas, te voy a culiar encuerada y a plena luz del día, jajajaja!! Y en plena calle para que nunca más se te ocurra hacerme una pendejada como la de hace un rato, te voy a emputecer pendejaaa!!!, te la voy a meter en la calle y tirada en el suelo!!!… tal como se culian a las putas!!!, jajaja!!!, así que desde hoy pasaras a ser una más de ellas, jajajaja!!! Así que vamos sacándonos la ropa putaaaaaa!!!!
Yamile Riveros temblado de miedo por el siniestro rictus que adquirió la cara de don Pedro no le quedo más opción que obedecerle, nerviosamente se sacó la falda escolar y luego sus pequeñísimos calzoncitos hasta quedarse tal como Dios la había enviado a este mundo.
El viejo se quedó con la ropa puesta solo se bajó hasta los tobillos sus viejos y desteñidos pantalones de mezclilla, junto con sus amarillentos y tiesos calzoncillos, para luego dejar delante de los asustados ojos de Yamile Riveros su descomunal y erecta verga, la tenía completamente tiesa y pulsante, como a su vez comenzaba a masturbarse, para que la nena supiera de una lo que iba a tener que comerse por la ranurita que ella tenía entre medio de sus muslos.
Una vez que poso su cuerpo al lado del de la chamaca, comenzó nuevamente a besarla, la desnuda joven lo tenían enloquecido, Yamile Riveros solo se dejaba, el estar en aquellas condiciones en un espacio publica la tenían choqueada emocionalmente, el vejete le soltó la boca para bajar a chuparle las tetas, la hermosa colegiala sentía el pestilente aire que corría por todo su cuerpo,
--Don Pedro por favor… no me lo haga aquí en la calle…snifsss!!
--Callateeee!!!!, le gruño como león en sus mismas fosas nasales, haciendo que a la chamaca se le erizaran todos los pelitos de su cuerpo debido al estupor, luego continuo vociferando, --Tú te lo buscaste putaaaa!!!, además que a estas alturas ya no puedo, si supieras lo buenota que estas quizás me entenderías, jajaja!!!. Te he deseado tanto en estos días que ni te imaginas, ya perdí la cuenta de todas las pajas que me hice en tu honor pendeja culona, y por fin llego el día, así que intenta que lo pasemos rico, porque si no me convences te iré a dejar a tu casa así encuerada tal como estas, entiendes pinche putaaaa!!!!.
El viejo indeseable de don Pedro como un verdadero energúmeno se puso a horcajadas sobre su cuerpo, a la misma vez que ubico su gruesa y larga vergota entre sus tremendas chichotas, mientras que sus dos manazas junto y apretó aquellas preciosas y duras montañas de carne, para comenzar el mismo a darse un exquisito vaivén de tetas practicándose la mejor paja rusa que jamás en su vida había experimentado.
Yamile Riveros veía en primera fila las dimensiones de la tranca de don Pedro, no entendía como aquella tremenda barra de carne caliente, que estaba llena de venas multicolores se la habían metido hasta el fondo y en su totalidad en su pequeño tajito de carne, no supo cuál fue el momento en que su cuerpo ya había comenzado a pedirle guerra, como a su vez sus hermosos ojos verdes no dejaban de humedecerse ante la impotencia de estar siendo violada desnuda y tirada en el suelo en una cochina y vulgar calle, las lágrimas ya caían por su rostro.
A medida que su joven vagina le iba exquisitamente pulsando cada vez más rico, ella más se fijaba en la punta de la verga que se asomaba y desaparecía entre sus grandiosas y turgentes tetas al mismo ritmo de las sacudidas que le pegaba el mecánico.
Lentamente comenzaba a desear aquel azulado glande como si este fuera un un objeto de preciado valor, más que como un vil instrumento con el que le mancillaban y violaban aquella femenina parte de su cuerpo.
Don Pedro viéndose satisfecho por el momento se apartó de ella y se puso de pie, la agarro violentamente del pelo alzándola y haciendo que se pusiera de rodillas, comenzando restregarle su verga por los carnosos labios cerrados de Yamile Riveros.
La chamaca aún se resistía, pero ese fuerte y atrayente olor a verga de macho que ella ya bien conocía se le introducía por sus fosas nasales, era todo tan anti higiénico, tan vulgar, y esto sumado a que la tenían tirada en un mugriento colchón, el estar totalmente desnuda en un callejón que más parecía un basural, con el viejo odioso y ordinario de don Pedro intentando hacer que ella le mamara la verga, mas su segura y espeluznante violación terminaron por calar hondo en el acalorado temperamento de la tremenda y potable colegiala, Yamile Riveros ya estaba caliente.
El fuerte olor a verga mezclada con semen, le ganaron a la fortaleza de la encamable jovencita, después de haber luchado y el haberse negado, simplemente abrió sus labios, dejando entrar en su boca la mal oliente y salada verga de don Pedro, este comenzó a sencillamente follarse la boca de la desnuda y arrodillada Yamile Riveros, intentando meterle la tranca hasta la faringe mientras le agarraba firmemente de sus cabellos para que no se le arrancara.
La chamaca se atragantaba y se atoraba, tenía la boca rebosante de verga y líquidos pre seminales mezclados con semen, por cada vez que la tranca se le salía de la boca, esta salía bañada de babas que caían circundando la verga de don Pedro, y que hacían un blanquecino puente entre la boca de Yamile Riveros y la verga del mecánico, esto alternado con seguidas atragantamientos en que la chamaca vomitaba por las narices gruesos cordones blancos de semen, que daban la impresión que ella fuese un dragón botando fuego por las narices.
El viejo ya desesperado por metérsela de una buena vez, la empujo nuevamente de espaldas en aquel sucio colchón que más que seguro en la noche era ocupado para dormir por vagos e indigentes,
--Ahora si la vas a sentir nuevamente putilla, le decía don Pedro a la vez que ya se acomodaba entre medio de los acalorados muslos de Yamile Riveros, a la vez que miraba en todas direcciones por si alguien osaba a cercarse mientras que él ya estaba por terminar la faena sexual a la que estaba sometiendo a la entregada adolescente de 18 años, ninguno de los amantes se percató que una gruesa figura desde hacía rato los miraba desde las escaleras del edificio contiguo de donde ellos ya se disponían a culiar.
Yamile Riveros casi por compromiso le pedía,
--Dejeme, dejemeee… ya no me lo hagaaaa!!!, que para el viejo fue más que una súplica, que como intentaba hacerlo ver la caliente colegiala.
El mecánico una vez que ubico la punta de su gruesa y palpitante verga y estando ya montado sobre el escultural cuerpazo de la curvilínea chamaca, simplemente empujo hacia adentro.
Por su parte Yamile Riveros lo sintió entrar de una y limpiamente, el vejete otra vez comenzaba a bombear con fuerzas sobre su cuerpo. Don Pedro sumamente caliente seguía metiendo y sacando, entrando y saliendo mientras le repetía por cada feroz apuntalada y sumamente excitado:
--Tomaaaa!…tomaaaaaaa!! Siéntela todaaaaa puta pervertidaaaa!!!! Te gusta verdad… te gusta que te culien en la calle y en el suelooooo?
Yamile Riveros solo se dedicaba asentir las gratificantes culiadas que le ponía don Pedro, miraba el cielo azul que se asomaba por entre medio de los edificios de donde a ella se la estaban follando, pero don Pedro quería verla y sentirla caliente…
--Contestame putaaaa!!…yo sé que te gusta que te culiennnn en espacios públicos!!!…recuerdas ese día en la feriaaa, andabas sedienta de vergaaa, así que ahora quiero que me lo digas tu solitaaaa!!!
Esto ya fue mucho para Yamile Riveros, como una verdadera enajenada comenzó a mover sus caderas al mismo ritmo en que don Pedro le metía la verga,
--Siiiiii don Pedroooooo!! Me encanta andar culiandoooo en la calleeeeeee!!! Mmmmm…ri…cooooo pa…pi !!!!
--Di que eres mi putaaaa calienteeeee!!!, don Pedro cada vez empujaba más fuerte, para mantenerla en aquel estado de apremiante calentura,
--Yo soy su putaaaa calienteeee!!! Don Pedrooooo!!!!… soy su putitaaaaa….ahhhh…ohhhh…ri cooooo!!!
--Me harás ganar dinero con tu zorraaaa!!…vamos dime que siiiiiii!!!
--Ohhhhhh…siiiiiiii don Pedrooooo…yo prestare la zorraaaa…para que Ud. gane dinerooooo!!! Papi…papiiiiii…me corrooooo en la calleeeee don Pedrooooo!!! Diosssss!!! Diosssssssss!!!!!
Yamile Riveros no aguanto más, su cuerpo se reventó en oleadas orgásmicas que bañaban la verga que le tenían metida hasta lo más profundo de su coño, nunca pensó que iba a sentir tan rico al ser culiada en plena vía publica, como a su vez sintió cuando don Pedro también le descargaba una abundante cantidad de semen caliente, lo sentía a chorros como se los tiraban adentro de su vagina, y ella los recibía con las mismas ganas y empeño de cómo se los estaban dando.
--Ohhhhhhhh! Como me corrooooooo dentro tuyoooo!!! pendejaaaaaaa!!!!
Don Pedro se salió como pudo y se limpió la verga con la misma blusa escolar de Yamile Riveros, para luego tirársela en la cara diciéndole,
--Jajajaja!!…estuviste muy bien perrita, ahora vístete pendeja caliente antes que lleguen los dueños de este lugar y te vean en esas condiciones, lo más seguro es que te van a querer follar, jejeje…sabes? Con semejante culiada que nos pegamos creo que ya estás en condiciones para salir a putiar por las calles, así que andate preparando, jajaja, acuérdate que en cualquier momento me aparezco por tu casa, jajajaja!!, el vejete diciendo esto último y terminando de arreglarse sus ropas simplemente se fue, dejando a la potente colegiala desnuda y tirada en el colchón, en aquel miserable callejón.
Yamile Riveros se dio a vestirse antes de que llegase alguien y la viera en esas condiciones.
En ese mismo momento en el edificio contiguo don Severiano abandonaba las escaleras desde donde lo había visto todo, semi traumado, y totalmente caliente se guardó su cámara digital, como si esta tuviera la información más secreta e importante de la Cia o el Mossad Israelita, una siniestra y degenerada sonrisa se le iba dibujando en el rostro mientras se alejaba de ese lugar.
En ese mismo momento en el edificio contiguo don Severiano abandonaba las escaleras desde donde lo había visto todo, semi traumado, y totalmente caliente se guardó su cámara digital, sonrisa se le iba dibujando en el rostro mientras se alejaba de ese lugar.
YAMILE RIVEROS 12
Después de la colosal follada que le habían puesto a su cuerpo en un sucio y vulgar espacio público, Yamile Riveros caminaba en dirección a tomar el bus que la dejaría en su casa. Con sus lindos ojos verdes entristecidos y bañados en lágrimas iba totalmente destruida emocionalmente, se preguntaba por qué a ella le pasaban este tipo de cosas tan malas y sucias si ella no era así, su mente no cesaba en repetirle que se la acababan de culear en un mugriento callejón público que servía de guarida para prostitutas y delincuentes.
Mientras pensaba en esto sentía como desde su vagina escurrían densa y acompasadamente gruesos goterones del semen que le había depositado don Pedro al interior de su cuerpo solo hace algunos minutos, inYamile Riverostablemente para ella estos bajaban en pequeñas cantidades por sus muslos, los sentía helados con el contacto del aire que se filtraba por debajo de su falda escolar, en esos momentos lo único que deseaba era llegar a su hogar para bañarse y retirar de su cuerpo hasta la última gota de la inmundicia viril que en estos momentos ya se le secaban y sentía como tomaban forma de costras resquebrajadas en la suave piel de sus muslos.
Una vez que bajo del auto bus lo primero que vieron sus ojos fue que en la puerta de su casa estaba esperándola Rodrigo, tal como habían quedado para esa tarde, pensó que tendría que armarse de valor para que su novio no notara algo raro y llegase a sospechar de las andanzas en las que ella en contra de su voluntad andaba metida.
El joven se veía un poco molesto ya que llevaba casi 2 horas aguardando la llegada de su enamorada, hasta que por fin la vio bajar del auto bus,
--Porque vienes llegando a esta hora?… fue lo primero que le pregunto el joven sin siquiera saludarla y con el semblante serio y de enojo,
--Ho…laaa Rodrigo… hoy no tuve un muy buen día en el cole…, le mentía la chica para ver si así podía salir del problema,
--Que te ocurre?, por que traes esa cara?, el muchacho se daba cuenta que algo malo le había pasado a su novia, se le notaba en el rostro que había estado llorando, aparte de notarla un poco desordenada en sus vestimentas y algo demacrada en su rostro,
--Ya te lo dije… hoy no he tenido un buen día… y me siento algo enferma,
--Pero habíamos quedado en ver películas…
--Lo se Rodrigo, y de eso mismo te quería hablar… porque no lo dejamos para otro día?, de verdad que me siento enferma..., te prometo que para la próxima vez si estaré con mas ánimos, le decía la destrozada y recién violada colegiala mientras buscaba la llave de su casa en su mochila,
A Rodrigo no le gustaba para nada esta idea, él había esperado mucho por un día como este para estar a solas con su novia y poder tal vez concretar eso que tanto él deseaba y que era hacer el amor con ella, pero la noto tan decaída que supo al instante que su chica no le mentía,
--Esta bien mi Eve… pero prométeme que te mejoraras pronto para que así podamos estar más tiempo juntos, le dijo el chamaco a la vez que la abrazaba tiernamente tomándola desprevenida, lo cual hiso que en la mente de la nena solo imperaran pensamientos que le decían lo sucio que era todo eso, su Rodrigo el más noble de todos los chavos que ella conocía la abrazaba amorosamente mientras ella estaba con su vagina rebosante del semen que le habían echado mientras se la follaban en un callejón, y que el hombre el cual había eventualmente fertilizado y mancillado su cuerpo era un detestable y odioso viejo que trabajaba de mecánico en una feria y que oportunidad que este tenía desde que la conoció le notificaba a grito limpio que muy pronto la convertiría en puta.
Estando en estos razonamientos sintió que su amado le tomaba su cara para luego depositarle un romántico beso en los labios, Yamile Riveros cuando sintió la lengua del joven que ya se enredaba con la suya recordó los largos minutos en que ella le había estado chupando la verga a don Pedro solo hace un rato, por lo que en forma brusca se separó de la boca de su prometido,
--Que paso Yamile Riveros!?, porque te separaste tan rápido, le consultaba el extrañado chamaco a su prometida,
--Rodrigo… por favor no me mal entiendas… yo lo deseo tanto como tu… pero como te dije antes, hoy no me siento muy bien… solo compréndeme, le dijo la colegiala en forma angustiada, ella no quería mancillar la boca de su amado con los hediondos sabores a verga salada que le dejo don Pedro en su boca, claro está que esto no se lo podía decir a su novio, la tierna chiquilla continuaba hablándole, --Mira… mañana ya es sábado y seguro que mi mamá me dará dinero para ir al centro a pagar unas cuentas, me podrías acompañar y podemos pasar a la plaza un rato, ahí podremos estar más tranquilos y yo ya estaré más recuperada.
El joven le veía su carita de hermosa inocencia, de cómo le daba ideas para que ellos pudieran estar juntos, situación que termino por convencerlo, él no podía estar enojado con ella, tal vez esa no era la misma forma en que él quería estar junto a ella, ya que en la plaza no podría hacer mucho, pero el solo hecho de tener la posibilidad de poder estar nuevamente junto a ese cuerpo lleno de diabólicas curvas que lo tenían embobado, solo con eso para él era suficiente.
--Esta bien preciosa mañana nos juntamos en la parada de buses… y descansa de verdad que te notas muy agotada y enferma.
Y así la pareja se despidió con un leve beso en los labios, con una muy avergonzada Yamile Riveros por las razones que aún predominaban en su mente.
Al siguiente día la pareja felizmente fue a realizar los trámites que la madre le había encargado a su hermosa chamaca, Yamile Riveros ya más repuesta de su traumática experiencia vivida en las garras y en la verga de don Pedro se mostró esta vez más distendida en los brazos de su Rodrigo, estando con él se sentía más segura, el joven la hacía olvidar las humillaciones que tuvo que soportar en las oportunidades en que había sido abordada por don Lucas en su propia casa, o el cojo cuando se la enculo por toda una tarde en el inmundo cuartucho que había en el sótano del colegio, o el maestro Tulio…, y para qué decir del siniestro de don Pedro, que este último en las dos oportunidades en que se la había violado le había juramentado que aparte de llevársela a vivir con el cómo su propia y única mujer, más encima la prostituiría en la calle y la obligaría a culear con sus amigos.
Sentados y abrazados bajo la sombra de un gran árbol los jóvenes se besaban con verdadera pasión, a Rodrigo le faltaban manos para recorrer el voluptuoso cuerpo de aquella preciosidad que tenía por novia, como así mismo el impetuoso temperamento de la tierna chamaca tampoco se quedaba atrás, debido a sus ya no menores incursiones en el ámbito sexual, la excitación poco a poco se iba instalando en la mente y en el cuerpo de Yamile Riveros quien al saberse en compañía de Rodrigo su único amor, y no en las garras de viejos abusadores como los que ya ella bien conocía, se aventuró a darle un pequeño adelantito a su novio aprovechando que a esas horas la plaza en que estaban sentados se encontraba poco concurrida.
Tímidamente la blanca manita de la encamable jovencita fue bajando por el pecho del muchacho para luego en forma disimulada intentar rosarle el paquete, al hacerlo obviamente sintió la verga de su novio totalmente parada, pero al ir ya entrando en un poco de confianza noto la gran diferencia que existía entre esta nueva verga y las otras que ya ella muy bien conocía, no pudo dilucidar si el joven la tenía chica o mediana, pero la diferencia con la de don Pedro, o con la misma del maestro Tulio era más que notable, estando en estas cavilaciones sintieron el silbido de un carrito manicero que se acercaba, por lo que tuvieron que recomponerse casi al instante, el joven quien al tener su virilidad a tope por la furtiva incursión de su novia sobre su verga aprovecho la situación y le volvía a pedir a su amada lo que él desde hace rato ya quería hacer con ella,
--Yamile Riveros… yo te amo… tienes que creerme… cuando me dejaras hacértelo?…, las palabras le salían casi ahogadas por el nerviosismo.
La joven solamente lo miraba con una sonrisa tierna, ella sabía muy bien a que se refería el chamaco,
--Ay mi Rodri… me haces sentir penita por lo que me dices…, a pesar que la nena se sentía muy bien en su compañía en alguna parte de su mente no dejaba de comparar lo que acababa de medir con su manita con las otras vergotas que ella también ya había probado pero no precisamente con su manita, así que le dijo casi en forma nostálgica, --Por ahora no te prometo nada… pero de verdad que muy luego lo haremos, ya sea en tu casa o en la mía, pero yo quiero que sea algo especial, que nazca de los dos, decirte lo haremos tal día, suena algo frio… yo quiero que sea natural y romántico. La enamorada adolescente de 18 añitos estaba dispuesta a entregarse a Rodrigo, con él lo haría por amor, encontraba injusto que una horda de vejetes asquerosos y mal vividores se tomaran derechos con ella y con su cuerpo, siendo que su Rodrigo era el único a quien pensaba ella de que legítimamente le correspondían esos derechos.
--Pero mi amor… no importa de la forma en que lo preparemos… si lo que realmente vale es que ambos nos queremos, y nada ni nadie podrá jamás separarnos… vamos dime que me dejaras hacértelo esta misma semana en tu casa.
El pobre y caliente jovenzuelo estaba desesperado por cogerse a tan tremenda chamaca que tenía por novia, y estaba agotando todos sus cartuchos en intentar de convencerla, ni se imaginaba de la turba de viejos mal vividores que sin ni siquiera preguntárselo a ella solo la garraban y se la culiaban de todas las formas que ellos querían.
--Rodrigo me haces sonrojarme con tus insistencias, pero te tengo una buena noticia, le dijo Yamile Riveros finalmente a su amado,
--Dime… dime cual es esa buena noticia…! el joven entre excitado y enamorado esperaba a ver cuál era la noticia, se imaginaba que la escultural y hermosa jovencita le iba a notificar el día en que el por fin la haría suya…
--Yo también quiero que me lo hagas, pero por favor no me pidas que te dé una fecha… te prometo que será muy pronto, le dijo finalmente y roja como un tomate debido a las palabras que estaban saliendo por su boquita.
--De verdad!?... Ohhhh mi vida no sabes lo feliz que me haces!.
Se estuvieron haciendo arrumacos y besándose en forma enamorada por otro rato, Rodrigo ya estaba que sufría un orgasmo ahí mismo sentado en la plaza con solo recordar las palabras de su novia en donde le decía que en poco tiempo estaba dispuesta a dejarse que él se lo hiciera.
En el momento en que la joven pareja de enamorados nuevamente se estaban besando en forma más que apasionada, el vibrador del teléfono de Yamile Riveros los obligo a separarse, la nena toda risueña abrió su bolso para contestar, pulso el botón de contestar y dijo,
--Hola?,
--Buenas tardes! Con la señorita Yamile Riveros del Carmen…, la voz de la mujer que hablaba al otro lado de la línea sonaba austera y extremadamente formal según al parecer de la extrañada nena,
--Si con ella…,
--Le llamamos del juzgado local… Necesitamos saber cuándo se presentara a cancelar la multa por ejercer la prostitución en la vía pública?
Yamile Riveros sintió que el corazón se le salía por la boca, a la misma vez que ya sentía como si en cualquier momento se meaba ahí mismo al lado de su novio,
--Ehhh… como di… ceee!?, le pregunto intentando darse tiempo y calmarse para que Rodrigo no se diera cuenta de la naturaleza de aquella fatídica llamada…
--Señorita no se haga la mensa… Usted sabe muy bien que hace unas semanas fue sorprendida por la autoridad prostituyéndose en plena vía publica, solo díganos cuando va a pagar la multa para Yamile Riveros emitir una orden de arresto…
En esos momentos Rodrigo le hacía señas para que le dijera de quien se trataba la llamada telefónica, la asustada chica intentando serenarse lo más posible, tapo con su manita el teléfono y le dijo a su novio,
--Es del colegio… me están cobrando las cuotas para el paseo de fin de año, le dijo a la misma vez que se ponía de pie y se alejaba un par de metros para que su novio no escuchara a esa endemoniada mujer del tribunal que le estaba cobrando la multa que le cursaron en la oportunidad en que don Pedro le había obligado a decirle a la policía que ella era una puta, --Iré a pagar lo antes posible señora… pierda cuidado…
--Ok muchacha… pero te advierto que si esta no está cancelada dentro de un mes se emitirá una orden de arresto a tu nombre, y ahí sí que la cosa se te pondrá difícil, disculpa que te lo diga, pero intenta pagar la multa en plazo que te dije… total con una noche de trabajo haces demás la cantidad, yo llevo años en esto y a veces ustedes las putas de pura flojas no vienen a cancelar y terminan pagando el triple, a parte de las atenciones gratuitas que deben hacerles a los funcionarios, así que no seas tonta…
--No se preocupe señora…, le interrumpió la escandalizada chamaca para no seguir escuchando a su interlocutora que también juraba de guata que ella era una puta cualquiera, para luego continuar, --Iré a pagar lo más pronto posible…y gracias por sus consejos. Diciendo esto último la nena sencillamente corto la llamada.
Después de la famosa llamada telefónica nuestra encamable colegiala le pidió a Rodrigo que por favor la fuera a dejar a su casa. El viaje de regreso lo hicieron con un dicharachero Rodrigo que estaba totalmente ajeno a los problemas en que andaba metida su novia, y con una pensativa y conmocionada Yamile Riveros que solo pensaba de qué forma lograría reunir el dinero para cancelar una multa de algo que ella ni siquiera había hecho.
Fue esa misma noche en que la nena sin ni siquiera tener apetito se encerró en su habitación, para ver si tenía los ahorros suficientes para cancelar la multa, y cuando ya se aprontaba a esto, nuevamente el zumbido de su celular llamaba su atención a estas alturas ya hasta le daba miedo contestar, pero sabiendo que por la hora era casi imposible que la llamaran de algún tribunal o similar, contesto ya algo más tranquila,
--Hola, contesto un poco más serena, serenidad que no la duraría mucho…
--Como estas zorra…!?, jajajaja aun te duele la concha después de la chingada que te puse en el callejón!?..., don Pedro se notaba algo alegre según lo notaba la jovencita…
--Ehhhh quien habla!?, Yamile Riveros intentaba hacerse la desentendida, pero con solo haber escuchado esa conocida y aguardentosa vos supo en el acto de quien se trataba…
--No te hagas la burra pendeja… jajajaja, si sabes muy bien con quien hablas…
--Ehhh la verdad que no sé señor, que deseaaa?, le dijo mientras caminaba a la puerta de su habitación y tras abrirla y ver que en el comedor de su casa todo estuviera en orden para que su mamá no la escuchara volvió a cerrarla y le puso seguro,
--Pus hablas con tu marido estúpida!!!, o ya se te olvido quien es el que te culeaaa!!???, jajajaja!!!!
--Ahhhh don Pedrooo… es que no le conocí la voz…
El vejete notando que con solo recordarle quien era su marido o prácticamente su dueño ella lo reconocía como tal, le ordinario vejete no dio más de gozo, pero aun así lo vulgar, pelado y sin vergüenza no se le quitaba,
--Así es pendeja… has extrañado mi verga!?
--Don Pedro… y como es que tiene mi numero!?, le consulto Yamile Riveros haciéndose la que no había escuchado lo último, a la vez que su corazón le latía a mil por hora pensando en que los más seguro era que ese manipulador viejo la haría salir de su casa a esas horas de la noche con tal de volvérsela a violar.
--Que como lo tengo?, pus en tu infracción por puta salen todos tus antecedentes personales pendeja, o ya olvidaste que ya aun la mantengo en mi poder…?
--Dígame que es lo que desea… en estos momentos estoy algo ocupada y…
--Pues deseo meterte la verga putita, no sabes las ganas que te estoy juntando para cuando volvamos a follar, tengo litros de mocos espesos y calientes para que te los comas por todos tus orificios, y de la forma en que tú lo quieras, jejejeje que me dices reina?..., quieres probarlos ahorita mismo?, jejejeje…
La nena con solo ir escuchando las peladeces de grueso calibre que le soltaba su violador, sentía como toda su piel se le erizaba, y como un rico escalofrió se le asentaba en la parte media de la espalda, de la misma forma que sentía cuando por algún motivo le daba miedo algo.
--Don Pedro de verdad que por ahora no puedo salir de mi casa, pero si quiere el lunes usted me dice adonde yo vaya, y le prometo que ahí estaré, la nena recordaba claramente como el viejo se había atrYamile Riverosdo a ir a buscarla a su colegio y que se la había violado en las cercanías de este, no quería que por nada del mundo al viejo se le ocurriera llegar hasta su casa.
--Jajajaja!... nada de eso pendeja, jajaja!! o al menos no por ahora, se nota lo sedienta de verga que andas por estos días, pero no te preocupes ya llegara tu momento… Te llamaba para avisarte que ando de gira con la feria… llegare como en dos semanas y quiero que me vayas preparando a la rubia de tu amiga ya que les voy a encomendar una misión, no sin antes pegarnos una pequeña fiesta en donde les voy a presentar a mi hermano, jajajaja…
--Don Pedro… por favor no involucre a Claudia en esto, ella es mi amiga y no creo que quiera participar…
--Yo no la voy a involucrar en nada estúpida… serás tu quien la involucrara, jajajja!!!, así que desde hoy día es tu problema inventarle cualquier tipo de zorrería para que te acompañe el día en que te llame, jajajaja… nos las vamos a culear a las dos juntas cosita rica… para que así después hagan un trabajito que le vamos a encomendar, jajajaja…
--Don Pedro… de verdad que no creo que ella quiera…
--Es tu problema zorraaa!!!, así que ya sabes, yo llego en dos semanas… y quiero que me la lleves al lugar que yo te indicare en su momento, y anda preparando el culo y la zorra, porque lo más seguro es que salgas preñada de tanto que te vamos a coger al igual que a la puta esa de tu amiga, jajajaja, te mando un besito en la zorra… chaoooo!!!!
Yamile Riveros quedo casi al borde del llanto tras escuchar las atrocidades que don Pedro estaba urdiendo para cogérsela a ella y a la misma Claudia, pero se tranquilizó un poco al pensar que el viejo se ausentaría por dos semanas por lo menos según le había dicho el mismo, pensando en esto se fue a dormir, por lo menos no la molestaría por un buen tiempo se decía para ella misma en el momento en que se entregaba a un tranquilizador sueño.
Y así pasaban los días, en donde los acosadores de la tierna chamaca parecían que se habían puesto de acuerdo entre todos para no molestarla, lo que si la mantenía incomoda de a momentos era la inminente llegada de don Pedro con seguros afanes de cogérsela a ella y a Claudia, y para rematarla este desalmado vejete pretendía compartirlas, según le había entendido, todo esto la mantenían en un inconsciente y alterado estado de calentona curiosidad, los que se sumaban a los continuos acosos de don Severiano el padrastro de su novio que oportunidad que tenía la aprovechaba para entablar conversación con ella los días en que Rodrigo la invitaba para su casa.
Lo del dinero de la infracción ya casi lo había solucionado echándole mano a su alcancía personal en donde guardaba dineritos que le daba su madre y que también le daba don Benito por mandados que a veces él le hacía, solo faltaba hacerse un tiempo para ir a pagar la multa situación que le daba mucha vergüenza.
Volviendo a las incomodas situaciones que debía presenciar la chamaca en las oportunidades que iba a la casa de su novio, lo más penoso para ella era presenciar el trato déspota y autoritario con que el odioso hombre trataba a la madre de Rodrigo cuando se dirigía a ella, Yamile Riveros la veía tan frágil y menudita al lado de aquel bestial viejo con pinta de ogro como lo era don Severiano, y en efecto la señora María era baja de estatura y delgada, en contraste a don Severiano que era mucho más alto que ella, y de complexión tosca, sin mencionar la anchura de su pecho y espaldas, coronándolo con una tremenda panza que más parecía un barril de cerveza que el estómago de un hombre.
Demás también esta mencionar los continuos menoscabos que este odioso gigante italiano hacía con su novio en la misma presencia de Yamile Riveros en donde el vejete abiertamente lo ridiculizaba con tal de hacerlo ver como un idiota delante de la encomiable colegiala, ese hombre era de lo más odioso y detestable se decía la nena para sus adentros.
Ni que decir de cuando don Severiano a vista y paciencia de la señora María y de Rodrigo se daba a alabarla de lo tan linda y señorita que él la encontraba, o que si él hubiese estado más joven seria el chamaco más feliz de la tierra si se hubiese encontrado una chavita tan tierna y candorosa como lo era ella, cosas que le decía con su mirada enrojecida por la calentura y puesta fijamente en su vagina o en sus senos, situación que hacían que el pobre Rodrigo casi enloqueciera de los celos con la impotencia de no poder decirle nada ya que él y su madre dependían económicamente de don Severiano.
Yamile Riveros se daba cuenta de todo esto, pero tampoco se atrevía a armarle un escándalo o ponerlo en su lugar ya que sabía que luego los platos rotos los terminarían pagando la pobre señora y también su novio, la cosa fue que a medida que pasaba el tiempo la tierna chiquilla ya se estaba comenzando a acostumbrar a las salidas palabras halagadoras que le hacía don Severiano lo que se combinaba con la sequía de verga en que la había dejado don Pedro a tal punto que ya no podía negarse para ella misma que hasta a veces le gustaba que un viejo tan odioso y machista como el primero se las dijera, pero este otro sin la necesidad de tratarla de puta como lo hacía don Pedro.
Don Severiano por su parte medía muy bien el terreno el cual estaba pisando, si bien tenía pruebas contundentes para poder chantajear a la novia de su hijastro, este quería que el día en que se la cogiera fuera por las buenas y con pleno consentimiento de ella, en otras palabras lo que deseaba el libidinoso vejestorio era quitarle limpiamente la novia a su hijastro, y si realmente lo lograba estaba dispuesto hasta en despacharlos de su casa, a Rodrigo y a la señora María con tal de el quedarse viviendo como marido y mujer con tan tremendo y jovial pedazo de hembra, pero la situación que lo perturbaba un poco era que no estaba seguro si en la oportunidad en que el mismo fue testigo cuando la vio cogiendo encuerada en un desolado callejón público, aun no sabía si se la habían violado, o ella se había dejado follar con su propio consentimiento, por más que veía y estudiaba la grabación que le había tomado mientras un viejo se la culeaba y le pegaba, no lograba tomar una determinación, ya eran innumerables las pajas que se había hecho mirando aquellas enloquecedoras imágenes en donde se la follaban tirada en un mugriento y miserable rotoso colchón.
Yamile Riveros y como ya se dio anteriormente sin dar cuenta en este corto tiempo se había ido acostumbrando a ver a don Severiano, ya que eran seguidas las oportunidades en que su novio la invitaba a compartir a su casa, y claro desde que el calor padrastro había conocido a la atracción además que con lo que el sabia de Yamile Riveros presenta que tal vez no le sería tan difícil acostar con ella, pero opto por el camino más difícil, intentaría seducirla bajo cualquier cost, esto lo calentaban y enardecian hasta insania.
El descuidado chamaca no se daba cuenta o más bien dicho ya se había acostado que su futuro suegro cada vez que ella iba para su casa este se encargaba de atendera reina, de cómo cada vez que se sentaban a la mesa era el quien se instalaba al lado de ella y ocardre con su madre la situación ya se había formado costumbre, sumado a que fueron incontables las oportunidades en que cuando ella con Rodrigo fingían sentarse a charlar en el living de su casa el viejo se las arreglaba para mandar al chamaco para comprar cervezas o cualquier otra cosa para ser el quien ocapara el puesto al lado de la agricultura situaciones que malhumoraban a Rodrigo ya que cuando se desocupaba del encargo encuentra a su padrastro enfrascado en cualquier tipo de conversación con su noviay Yamile Riveros quien ya lo veía con más confianza, only reía de las salidas con que el vejete intentaba congraciarse con ella sin notar ni lo más mínimo de los scoros deseos carnales que imperaban en la lasciva mente del maestro de su novio.
